20 jun 2012

Manuel Rodríguez




Manuel Rodríguez

Manuel Javier Rodríguez Erdoíza nació el 25 de febrero de 1785. Fue hijo de Carlos Rodríguez de Herrera y Zeballos, peruano, y María Loreto de Erdoíza y Aguirre, aristócrata chilena. Entró al estimado Convictorio Carolino donde fue compañero de clase de José Miguel Carrera. Estudió Leyes en la Real Universidad de San Felipe, y se recibió de abogado en 1807. De hecho, los tres hermanos Rodriguez Erdozía (Manuel, Carlos y Ambrosio, además de su medio hermano, Joaquín Fernández de Leiva) estudiaron Doctorado en Leyes.

El 18 de septiembre de 1810 se formó la Primera Junta de Gobierno, la que comenzó el proceso independentista chileno. Rodríguez tenía una actitud moderada hacia la independencia hasta el arribo a Chile de su amigo José Miguel Carrera. No obstante, esta amistad comenzó a apagarse, y en 1813 Rodríguez y sus hermanos fueron detenidos y acusados de conspiración en contra de Carrera, y condenados a un año de exilio en la isla de Juan Fernández. Rodríguez, sin embargo, utilizó sus dotes de abogado para elaborar un documento que impidió la completación de su sentencia.

La amistad de Carrera y Rodríguez volvió a renovarse en 1814. Cuando la Junta fue presidida por Francisco de Lastra éste fue muy criticado por Rodríguez, y en cuanto Carrera recuperó el poder formó una nueva junta, de la que Rodríguez fue secretario. Desgraciadamente, en ese mismo año las fuerzas españolas, lideradas por Mariano Osorio, ganaron la batalla más tarde conocida como el Desastre de Rancagua, y los españoles recuperaron el control de Chile. Rodríguez, como tantos otros, huyó a Mendoza.

José de San Martín, gobernador de Cuyo, recibió a los exiliado chilenos con los brazos abiertos, y junto a Bernardo O'Higgins, organizó un Ejército Libertador. San Martín vio en Rodríguez al espía ideal, y lo envió de vuelta a Chile. Es aquí donde nace su fama, sus mil historias. Se volvió muy buen creador de disfraces y sistemas de comunicación, y volvió loco al gobierno de Casimiro Marco del Pont, gobernador de Chile durante la segunda mitad de la reconquista, quien le puso un alto precio a su cabeza, convirtiéndolo en el hombre más buscado de todo Chile. Rodríguez se transformó en un maestro del disfraz, cumpliendo su deber disfrazado de monje, campesino, comerciante callejero, sirviente doméstico e incluso como mujer. Rodríguez, además de espía y mensajero, fue parte importante de la estrategia de San Martín para distraer la atención de Marco del Pont mientras preparaba su Ejército Libertador, que entró a través de la Cordillera de los Andes y triunfó en la batalla de Chacabuco, poniendo fin a la Reconquista española.

Luego de la victoria en Chacabuco O'Higgins, enemigo acérrimo de Carrera, ordenó el arresto de Rodríguez, quien logró escapar y se escondió hasta que San Martín logró intervenir en su favor. Luego del Desastre de Cancha Rayada Rodríguez mantuvo Santiago en calma y borrar los falsos rumores de la posible muerte de O'Higgins; al grito de "Aún tenemos patria, ciudadanos", se preparó para defender la ciudad. Sin embargo, gracias a la derrota española en la Batalla de Maipú, que puso fin a la guerra por la independencia, esto no fue necesario.


Rodríguez y otros carreristas organizaron un regimiento llamado los "Húsares de la muerte". Tenían como símbolo una calavera blanca sobre un fondo negro, simbolizando su voluntad de morir en batalla antes que dejar ganar al enemigo. No obstante, los Húsares no fueron considerados en la Batalla de Maipú y fueron disueltos más tarde por Bernardo O'Higgins, quien, junto con San Martín, se oponía firmemente a los hermanos Carrera.

Rodríguez fue capturado por O'Higgins y asesinado el 26 de mayo de 1818 en las cercanías de la localidad de Til-Til, mientras era trasladado hacia la cárcel de Quillota, por los soldados que lo custodiaban. Se dice que su muerte fue orden de O'Higgins, aunque esto nunca pudo comprobarse.

Su cuerpo fue mutilado y abandonado, y encontrado más tarde por un grupo de locales que reconocieron a Manuel Rodríguez y lo enterraron secretamente bajo la capilla de La Merced en Til-Til.

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